viernes, 25 de abril de 2008

Tema tabú arquitectónico/paisajístico: Ehhh…Profe…me gustan las palmeras


Parece ser que, en nuestros días y en cuestiones de diseño de parques y jardines, las pobres integrantes a la familia Arecaceae son merecedoras de una mala reputación en el culto y bien hablado ambiente de la Arquitectura local. Decir que en un determinado proyecto también o, más jugado, únicamente van palmeras, será sinónimo de que quien lo propone no sabe lo que dice o que seguramente le falta mucho conocimiento y buen criterio. Pero si, en cambio, van pinos, robles, eucaliptos, liquid ámbares o quizá cualquier variedad de flora autóctona (y muchos tipos de palmera lo son), pude que esté bien.
Por lo general, la gran mayoría de las especies típicamente ornamentales son ajenas a nuestra latitud, o sea que es posible que una buena parte de la naturaleza que nos gusta sea importada (como lo son pinos, eucaliptos, liquid ámbares, etc., etc.). En el presente y afortunadamente, lo autóctono también es considerado de valor paisajístico; entonces, pudiendo ser las palmeras tanto nativas como foráneas, ¿por qué segregar a una espacie que se adapta bien a nuestras condiciones geoclimáticas? Arquitectos como Carlos Thays, quien a principios del S. XX diseño nuestro bello Parque Sarmiento siguiendo los lineamientos del tradicional parque inglés, decían en virtud de los criterios de selección de las especies vegetales a componer tal espacio: "...Los árboles, arbustos y plantas de flor serán elegidos entre los más bellos y finos, prefiriéndose aquellos cuyo crecimiento y conservación favorecen las condiciones del suelo y clima...". Y por cierto las palmeras no fueron excluidas en tal selección. También es cierto que, además de saber hacer hermosos parques, los arquitectos de aquél entonces sabían hacer ciudad; de ello pueden dar cuenta la historia de Córdoba y, seguramente, el testimonio nostálgico de muchos de nuestros Profes.
Tal vez será que se pasaron de moda o que actualmente resultan cursi; incluso no se conoce registro de a partir de cuándo se las decidió discriminar del “buen hacer paisajístico”, pero lo cierto es que si hoy (por favor que algún erudito me diga por qué) estás pensando en plantar palmeras, ¡¡atenete a las consecuencias!!

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